viernes, 15 de noviembre de 2013

Cuento。

Hay un señor al que voy a contarle todos mis sueños y no se el porque. Mis padres dicen que los sueños son importantes, y que este señor sabe interpretarlos bien. Pero, ¿por qué debo creerles? Ellos no son nada para mí, no entiendo el concepto de lo que es una familia. ¿Qué les importarán a ellos mis sueños? ¿Por qué cada mañana la misma pregunta? ¿Por qué un ''¿Recuerdas que has soñado?'' y no un ''¿Qué tal has dormido?'' ? ¿Es esto una familia? De todas formas, ¿por qué este señor? ¿Por qué no otro? ¿Por qué un hombre y no una mujer? ¿Si tan importantes son mis sueños por qué debo contarselos a cualquier desconocido? Si ni si quiera tengo respuestas a las preguntas básicas que forman parte de mi realidad, ¿cómo obtendré respuestas a preguntas del mundo de los sueños? No entiendo nada. ''Solo eres un niño'', me dicen. Quizás tengan razón, pero eso no significa que crea en todo lo que me dicen y no quiera respuestas a mis preguntas. Solo saben contestarme lo que les interesa para manejarme a su antojo. ''Eres nuestro hijo'', me repiten cada vez que les protesto cuando tratan de ocultarme algo. Yo no decidí ser vuestro hijo, vosotros tampoco me adoráis. No se que tenemos de ''familia''. De nuevo este lugar, frente a frente con este señor. Ni si quiera se su nombre, ¿cómo se supone que debería llamarlo? No es la primera vez que le veo, ni que hablamos, pero nunca antes había pensado en ello. Solo se que es un señor al que debo contarle lo que soñe hoy. Siempre me dice lo mismo: ''Dime, ¿qué has soñado hoy? Puedes confiar en mí'', con la misma sonrisa hipócrita de las otras veces. Él tampoco debe saber mi nombre. Quiero respuestas. Hoy no va a ser como las demás veces:

-¿Cómo se llama usted?- le pregunto.

-¿Por qué? ¿He salido en uno de tus sueños?

-No. Conteste- nunca he sido de hablar mucho, prefiero ser directo.

-¿Si te lo digo podremos hablar de tus sueños mas tarde?

-Sí, pero también quiero hacer otras preguntas.

-Esta bien. Mi nombre es Kora.

-Tiene un nombre curioso. ¿Sabe usted el mío?

-No.

-¿Y no debería saberlo ya que sabe de mis sueños que no le cuento a nadie mas?
-No tiene porque.

-¿Y por qué no?- parece que solo se preguntar.

-Son cosas de mi trabajo. Eres un niño, no lo entenderías.

-Sí, soy un niño, pero si no me lo explica tampoco lo entenderé nunca- digo algo indignado.

-Dime, ¿cuál es tu nombre?

-Me llamo Rira, señor.

-Que nombre tan bonito, aunque algo peculiar para un niño.

-Digaselo a mis padres, no a mí. Aunque me gusta mi nombre.

-Genial, antes de hablar de tu sueño, ¿puedo preguntarte algo?

-Usted es el que hace las preguntas siempre, las hará aunque le dijera que no.

-Vaya, hoy estas muy despierto. 

-Siempre lo he estado, pero trato de callar mi mente.

-Entiendo. Bueno, ¿por qué has querido saber mi nombre?

-Siempre me dice que puedo confíar en usted pero la verdad es que me es imposible confíar en alguien de quien ni si quiera se su nombre.

-¿Y confías en mí ahora?

-Supongo- una de mis típicas respuestas.

-Bien. Procede a hablarme de tu sueño- me dice, con la mirada fija en mí y sonriendome de una manera algo terrorífica. Si pudiera, saldría de aquí corriendo pero alguien me cogería y me harían volver aquí. Por lo tanto, sería inútil.

-Bueno, el sueño de hoy me resulto agradable en cierto modo- hago una pausa para ver si quiere decir algo pero al parecer solo espera a que continue. Continuo. -Estaba tumbado de costado en un fondo negro, es decir, no se vislumbraba nada mas. Y yo dormía. Ambas manos estaban cerca de mi cabeza como si estuvieran colocadas bajo un cojín imaginario y mis piernas estaban ligeramente flexionadas. Pero de pronto siento como una mano venida de a saber donde coge mi mano ligeramente y me eleva de aquel suelo negro en el que dormía. Se que iba subiendo mas y mas pero el paisaje no parecía cambiar, seguía siendo todo oscuro. Tan solo sé, que cuando fui consciente de que alguien me agarraba la mano en el sueño yo también la agarré con fuerza porque no quería que me soltase, pero, justo cuando hice eso, me soltó. Como si en el momento en que confíe en aquella ayuda venida de la nada, ella decidiera fallarme. Al soltarme, recuerdo caer, pero sin llegar al fondo, al lugar donde estaba antes. Sentía como caía en aquel lugar sin fondo, y mirase donde mirase todo era negro. Y así, hasta que me desperté.

-Fue un sueño corto pero intenso por lo que veo. ¿Algo mas?

-Sí, mientras todo eso pasaba, yo era consciente, sabía que aquel era yo. Veía todo lo que pasaba y sin embargo no era capaz de interferir.

-Eso no te había pasado antes, ¿verdad?

-No.

-Ajam- dice, como forma de demostrarme que me ha escuchado mientras apunta cosas en una libreta que lleva siempre. Debe estar llena de notas sobre mí. Me gustaría leer todo lo que hay ahí. Tengo derecho.

-...-me limito a mirar como apunta cosas. Como siempre.

-Bueno, por hoy puedes irte.

Y eso pasaba siempre. Le cuento algo personal, no me dice nada al respecto y me dice que me vaya. ¿Por qué? Creo que hoy me harté de no obtener respuestas a nada:

-No, Kora. Ahora se supone que puedo confiar en ti. ¡Quiero respuestas!- dije algo alterado.

-Por favor, vete. No debes preguntar tanto. Solo eres un niño.

-¡Estoy harto de que me tratéis no como un niño, si no como un ser idiota que acaba de nacer! ¿Quién eres tú? ¿Qué hay en tu cuaderno sobre mí? ¿Qué deduces de mis sueños? ¡Quiero saberlo todo!- digo mirándole fijamente y poniéndome de pie.

De pronto, oigo el ruido de una puerta al abrirse. Asustado, me giro. Dos hombres vienen hacia mí. Miro a Kora. Sonríe. ¿Por qué? Cuando me doy cuenta esos hombres están a mi lado sin posibilidad de escapar para mí. No me resisto.

Hoy ha sido un día extraño, normalmente no me altero tanto y me guardo las preguntas para mí e intento resolverlas por mí mismo, pero, ¿por qué hoy no pude? De momento a casa mis padres no dijeron nada. Normalmente ni hablan con Kora antes de irnos ni se quedan sin decir nada. Les pregunté si ocurría algo, y me disculpé por mi comportamiento. Ellos simplemente dijeron que no importaba, que todo estaba bien y me sonrieron. Eso me pareció siniestro; me lo parece cada vez mas a cada vez que lo pienso, tumbado en la cama de mi habitación, mirando al techo. Pero supongo que debo confiar en mi ''familia''.

Aun así, tengo miedo.

Lo que paso al día siguiente... No puedo contároslo con seguridad. Al parecer en este mundo, cuando alguien quiere saber mas de lo permitido se encargan de que no vuelva a querer saber de mas. Eso me dijeron desde el otro lado de la celda en la que me encontraba:

-Papá... Mamá... ¿Os quedaréis conmigo hasta que pueda salir?- pregunté asustado.

-No, hijo. A saber cuando será eso- dijo mi madre con frialdad, como si no le importara ver a su hijo allí.

-Te dijimos que eras solo un niño. Dudo que puedas volver a salir.

-Siento no haberte echo caso pero... Pero... Vendréis a verme, ¿verdad? ¡Sois mi familia! ¡Dijisteis que era vuestro maldito hijo!- grité impotente mientras empezaban a brotar lágrimas de mis ojos.

-Adiós hijo- dijo mi padre.

-¡No me llaméis eso! ¡No tenéis ningún derecho!- grité. Y así estuve hasta que se alejaron tanto que ya no les vi. -Papá... Mamá... No os vayáis... -dije sin fuerzas al cansarme de gritar.

Parece que mi sueño me estuviera advirtiendo de lo que iba a pasar hoy, que quienes me ayudaron fueron los mismos que me dejaron caer. No pude luchar contra la gente que estaba en mi contra. Desde entonces no quise volver a saber nada nunca mas.

Por cierto, hablé con Kora, ni si quiera era ese su verdadero nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

HTML,BODY{cursor: url("http://downloads.totallyfreecursors.com/cursor_files/candypink.ani"), url("http://downloads.totallyfreecursors.com/thumbnails/candypink.gif"), auto;}