Digamos que llevo mas de dos semanas en una situación difícil. Había un problema que no sabía cómo solucionar, no sabía si apostar todo mi ser para intentar solucionarlo porque estaba demasiado insegura; había demasiado que perder. Y me cansé. Me cansé de ser negativa, de pensar que nunca me puede salir nada bien, de no querer apostar nada por tener miedo a perder más aún que sin arriesgar... Pero se acabó, tomé una decisión.
Decidí que podía perder, sí. Pero que si ganaba; ganaría mucho. Pensé que valía la pena. Que por una vez quería luchar, por una vez si. Por alguien esta vez si. Así que lo afronté, deje de huir, y aunque tuve miedo, temblé y lloré, era lo que quería. Mirarlo desde una perspectiva menos negativa, pero siempre realista, eso quería. Suprimiendo los pensamientos dolorosos, quedando con gente cuándo me sentía triste (o intentarlo), pero sobretodo, evitando esos bucles odiosos que no llevan a ninguna parte y solo hacen que te odies mas a ti mismo.
Al final, parece que valió la pena, las cosas empiezan a ir a mejor, parece que todo se esta soluciono, justo el día después de pensar seriamente si rendirme, y no sabéis como me alegro. Por fin algo me ha salido bien, una decisión que tomé esta bien... Me cuesta creerlo. Estoy orgullosa de mí. Intentaré seguir así.
Aunque me he percatado de algo, y es que al suprimir sentimientos negativos; no quiero tampoco tener de positivos, porque ahora tengo miedo de que eso desencadene en mas sentimientos horribles que tendré que esconder como si no existieran. Realmente tengo miedo, no puedo hacer como si no hubiese pasado unas horribles tan de repente... Necesito algo de tiempo. No puedo sentir de nuevo el amor que sentía por la persona a la que pensé que podía haber perdido, pero quiero, después de todo la sigo queriendo.
Por pasadas experiencias, supongo que pronto olvidaré el dolor y me daré cuenta de que el ser querido también implica sufrir a veces.
